San Expedito fue martirizado en Armenia. El era militar, mas un día, fue tocado por la gracia de Dios, resolvió cambiar de vida. Fue entonces que se le apareció el espíritu del mal, en forma de cuervo y le gritaba: "Cras..., Cras..., Cras...!"; palabra latina que quiere decir: "Mañana, mañana, mañana!". Esta decisión déjala para mañana!... no tengas apuro...!, espera por tu conversión...!
Pero San Expedito, pisoteando al cuervo, gritó: ¡HOY! Nada de portergaciones. Es ahora. Es por esto que el Santo es invocado en los casos que exigen solución inmediata, en los asuntos en que cualquier demora en solucionarse podría causar perjuicios. San Expedito no deja su auxilio para mañana. El atiende hoy mismo, o a la hora en que necesitemos de su ayuda. Su respuesta es inmediata. Pero él espera también que no dejemos nuestra conversión para mañana; y nos exige que lo que es prometido, sea cumplido de inmediato, sin demora.
ORACIÓN: ¡Oh, San Expedito!, honrado por el reconocimiento de aquellos que te invocan por sus asuntos urgentes, te suplico con toda humildad que obtengas la bondadosa Misericordia de Dios, por tu intercesión y la de María Inmaculada, Madre de la Divina Gracia, lo que vengo a pedir (... pedir la gracia...). Te ofrezco mi Oración para alcanzar la Gracia que te pido.
Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
FESTIVIDAD ANUAL: 19 de abril.
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